jeudi 8 janvier 2009

Saramago, Sarkozy y los avaladores del crimen


Saramago critica la postura de Sarkozy sobre la invasión israelí


TeleSur, miércoles 7 de enero.


El premio Nobel de Literatura José Saramago calificó este martes de irresponsable al presidente francés, Nicolás Sarkozy, por no condenar los crímenes de Israel contra la población civil de Gaza.

En un texto colocado en su Cuaderno de Saramago en Internet, el laureado escritor portugués afirma que "nunca he apreciado a este caballero (Sarkozy) y creo que a partir de hoy lo apreciaré menos todavía, si tal cosa fuera posible".

En su nota, titulada Sarkozy, el irresponsable, el autor de El viaje del elefante acusa de hipocresía política al mandatario galo, cuando denuncia a la organización Hamas por lanzar cohetes sobre territorio israelí, sin señalar la actuación de Tel Aviv.

Saramago apunta que Sarkozy debió criticar "los horrendos crímenes de guerra que están siendo cometidos por el ejército y por la aviación israelí, en proporciones inimaginables, contra la población civil de la Franja de Gaza".

Sobre esta vergüenza (la invasión de Israel a Gaza) el Señor Sarkozy parece no haber encontrado en su (diccionario) Larousse las expresiones adecuadas. Pobre Francia, concluye el premio Nobel portugués.

El gobernante francés realiza una gira por varios países del Medio Oriente y ya se entrevistó con los presidentes Hosni Mubarak (Egipto), Mahmud Abbas (Autoridad Nacional Palestina) y Simón Peres (Israel), además del primer ministro israelí, Ehud Olmert.

El Premio Nobel portugués José Saramago ha firmado, junto a otros intelectuales iberoamericanos un comunicado de solidaridad con el pueblo de Gaza. Es un documento que contribuye a dar a conocer lo que de verdad ocurre en ese territorio tan castigado por Israel.

Gaza: Crimen y verguenza

(Texto integro)


No es una guerra, no hay ejércitos enfrentados. Es una matanza. No es una represalia, no son los cohetes artesanales que han vuelto a caer sobre territorio israelí sino la proximidad de la campaña electoral lo que desencadena el ataque. No es la respuesta al fin de la tregua, porque durante el tiempo en el que la tregua estuvo vigente el ejército israelí ha endurecido aún más el bloqueo sobre Gaza y no ha cesado de llevar a cabo mortíferas operaciones, 256 muertos en los seis meses de supuesto alto el fuego, con la cínica justificación de que su objetivo eran miembros de Hamas. ¿Acaso ser miembro de Hamás despoja de condición humana al cuerpo desmembrado por el impacto del misil y al supuesto asesinato selectivo de su condición de asesinato sin más?.

No es un estallido de violencia. Es una ofensiva planificada y anunciada hace tiempo por la potencia ocupante. Un paso más en la estrategia de aniquilación de la voluntad de resistencia de la población palestina sometida al infierno cotidiano de la ocupación en Cisjordania y en Gaza a un asedio por hambre cuyo ultimo episodio es la carnicería que en estos días asoma en las pantallas de nuestros televisores en medio de amables y festivos mensajes navideños.

No es un fracaso de la diplomacia internacional. Es una prueba más de complicidad con el ocupante. Y no se trata solo de Estados Unidos que no es referencia moral ni política sino parte, la parte israelí, en el conflicto; se trata de Europa, de la decepcionante debilidad, ambigüidad, hipocresía, de la diplomacia europea.

Lo más escandaloso de lo que está pasando en Gaza es que puede pasar sin que pase nada. La impunidad de Israel no se cuestiona. La violación continuada de la legalidad internacional, los términos de la Convención de Ginebra y las mínimas normas de humanidad, no tiene consecuencias. Más bien, al contrario, parece que se premia con acuerdos comerciales preferentes o propuestas para el ingreso de Israel en la OCSE. Y qué obscenas resultan las frases de algunos políticos repartiendo responsabilidades a partes iguales entre el ocupante y el ocupado, entre el que asedia y el asediado, entre el verdugo y la víctima. Qué indecente la pretendida equidistancia que equipara al oprimido con su opresor. El lenguaje no es inocente. Las palabras no matan pero ayudan a justificar el crimen. Y a perpetuarlo.

En Gaza se está perpetrando un crimen. Lleva tiempo perpetrándose ante los ojos del mundo. Y quizá dentro de unos años alguien se atreva a decir como en otro tiempo se dijo en Europa que no sabíamos.

Además de la de José Saramago, aparecen las firmas de Teresa Aranguren, Pedro Martínez Montávez, Pilar del Río, Rosa Regás, Carmen Ruiz Bravo, Belén Gopegui, Constantino Bértolo y Santiago Alba.

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