mercredi 21 janvier 2009

Moluskín molesto por sinceridad de amigo

El escritor y crítico Jorge Carrión, no por ser amigo festivalero de Iván Thays se casa con la mentira, lo que tiene más que indignado al escriba peruano (ver su blog). A propósito de la inefable "Orejas de perro", en el ABCD Las Letras, Carrión escribe:

Soy lector asiduo de Moleskine Literario, el blog de Iván Thays (Lima, 1968); el pasado mes de agosto, en Lima, busqué con énfasis pero sin éxito su libro más conocido, Las fotografías de Francis Farmer; cuando supe que su última novela había quedado finalista del Premio Herralde, empecé a leerla con gran expectación. Lo digo de antemano: pese a ello, la novela me ha decepcionado.

Un lugar llamado Oreja de Perro habla de una localidad peruana que la Comisión de la Verdad identifica como lugar de fosas clandestinas de la violencia de los 80. El narrador, un ineficaz periodista limeño traumatizado como padre y como amante, viaja hasta allí atraído por «el tema del Mal». A través de él, se critican los discursos acríticos sobre la memoria histórica y al presidente Toledo dando limosna en Oreja de Perro con el pretexto del duelo nacional; pero también se habla de cómo los fragmentos que nos apropiamos de la iconosfera reemplazan la memoria en vez de sostenerla, de cómo el protagonista -a causa de su dolor personal- ansía «un mundo que no tenga que ver con el pasado ni con el presente», y se afirma: «El antónimo ideal de la memoria debe ser la imaginación, fantasear, hacer ficción».

En los «Agradecimientos» finales se lee: «A Liz Rojas Valdez, cuyo valiente y conmovedor testimonio, que he tomado como base para la historia de uno de mis personajes, fue el impulso definitivo que me ayudó a asumir la escritura de esta novela». La contradicción no es superada por el proyecto literario. La opción por ficcionalizar en vez de por relatar no queda justificada. Las aventuras eróticas del narrador y su tormento personal, el pintoresquismo del personaje de Jazmín (una mujer capaz de «oír el futuro»), un estilo basado en el párrafo breve (a veces de forma gratuita) o el adelgazamiento de los sucesos violentos resultan elementos formal, ética o temáticamente discordantes en un conjunto demasiado imperfecto. Tal vez se trate de un error de base: una crónica hubiera sido más adecuada (más justa) que una novela. O tal vez -a juzgar por información revelada en entrevistas- el problema haya sido la precipitación («Guillermo Schavelzon, mi agente, me presionaba para entregarle algo, lo que sea»). Sólo puedo suponer, porque las respuestas están solamente en el cerebro del escritor, cuyo talento es superior -sin duda- a su primera novela publicada en España.


Faverón y la "ayuda humanitaria" israelí

Haciendo gala de un cinismo raro, pese a su archidemostrada condición de propagandista oficial de las políticas "humanitarias" de Israel para con los palestinos, Gustavo Faverón, un profesor peruano de alguna universidad norteamericana, afirma sin ruborizarse, en su último post (Puente Aéreo), lo siguiente:

"Israel sigue enviando ayuda humanitaria a Gaza (tanta que las Naciones Unidas pidieron, dos semanas atrás, que se detenga el flujo porque los almacenes estaban colmados)."

En este video se puede ver al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon , recorriendo el martes la devastada Gaza, constatando los efectos de los envíos de "ayuda humanitaria" que en las últimas tres semanas Israel hizo llover sobre ese territorio palestino,
en forma de misiles, bombas de fragmentación y bombas de fósforo. "Ayuda humanitaria" que mató a 1.314 palestinos, entre ellos 416 niños y 120 mujeres, y dejó heridas a otras 5.320 personas.



mardi 20 janvier 2009

ONU: Israel mató 1300 palestinos (416 niños)

La ONU calcula que el ataque israelí a Gaza dejó más de 1.300 muertos y 5.320 heridos

Agencia española

EFE

Naciones Unidas, 19 ene (EFE).- El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, John Holmes, informó hoy de que la ofensiva israelí en la franja de Gaza ha causado la muerte de 1.314 palestinos, de los que 416 eran niños, y heridas a otras 5.320 personas.

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La ONU calcula que el ataque israelí a Gaza dejó más de 1.300 muertos y 5.320 heridos Ampliar fotografía

En una rueda de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, Holmes presentó datos que ha proporcionado el ministerio palestino de Sanidad sobre las víctimas los 22 días que ha durado la ofensiva israelí contra el movimiento radical islámico en Gaza.

Dentro de la cifra de muertos, un total de 106 mujeres perdieron la vida en los bombardeos israelíes.

De los 5.320 heridos, 1.855 son niños y 725 mujeres, señaló Holmes, al afirmar que la ofensiva ha obligado además a 55.000 palestinos dejar sus hogares.

Por el lado israelí, ha habido cuatro muertos y 84 heridos, señaló la misma fuente.

"No está claro quien ha ganado este conflicto, pero lo que sí está claro es quien lo ha perdido: la población civil", indicó el responsable de los Asuntos Humanitarios de la ONU, que anunció que esta misma semana se desplazará a la zona para evaluar los daños y las necesidades.

Agregó que durante los 22 días de violencia que ha vivido la franja de Gaza han quedado destruidas la mayor parte de las infraestructuras de ese territorio palestino, algunas por completo. Los palestinos afrontan a hora la escasez de alimentos y medicinas.

Holmes señaló que ya se han empezado a reparar los sistemas eléctricos y de agua, pero todavía hay más de 400.000 personas (del 1,5 millones que habitan en Gaza) sin acceso al agua.

También indicó que tras el alto el fuego declarado por las dos partes durante el fin de semana han comenzado a entrar camiones con combustible a Gaza, en total un centenar previsto para este mismo lunes, pero subrayó que no son suficientes para cubrir las necesidades de la población.

El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios señaló que "en tres semanas se dispondrá de un informe completo sobre la evaluación de los daños y las necesidades" de reconstrucción del territorio.

Por su parte, el director de operaciones de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), John Ging, dijo en conexión por videoconferencia, que la "población (de Gaza) vive momentos dramáticos", al tiempo que expresó "alivio" por el cese de las hostilidades entre el Ejército hebreo y los milicianos islamistas de Hamás.

"El desafío es enorme, no solo por la recuperación en sí misma, sino también por todo lo que significa", agregó Ging, que subrayó que lo que "necesita la población de Gaza es tener confianza en que los responsables de lo ocurrido irán a un proceso legal. Una vez más, ha pagado la población civil".

En Gaza, ya hay equipos de expertos de la ONU que evalúan de forma preliminar los daños en Gaza para calcular los recursos requeridos a medio y largo plazo para su reconstrucción.

Un portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que se encuentra de visita en el región indicó que una vez concluidas las evaluaciones la ONU lanzará un llamamiento de ayuda internacional a los donantes internacionales.

Por el momento, el rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, se comprometió hoy a donar 1.000 millones de dólares para la reconstrucción de Gaza, en un anuncio realizado durante la cumbre económica árabe que se celebra en la capital kuwaití y que cuenta con la presencia de unos veinte jefes de Estado de la región.

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Olmert ordenó cerrar Gaza a prensa

Olmert fue quien ordenó cerrar Gaza a los periodistas durante la ofensiva

Agencia española

EFE

Jerusalén, 20 ene (EFE).- La prohibición de que los periodistas accedieran a la franja de Gaza durante la reciente ofensiva militar israelí salió directamente de la oficina del primer ministro, Ehud Olmert, y no del Ministerio de Defensa.

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Olmert fue quien ordenó cerrar Gaza a los periodistas durante la ofensiva Ampliar fotografía

Según un documento divulgado hoy por el diario "Haaretz", el Ministerio de Defensa y el Ejército israelí eliminaron sus objeciones al ingreso de periodistas más de una semana antes de que concluyera la ofensiva, pero la directriz de impedir el acceso se mantuvo en pie por orden explícita de primer ministro.

"El secretario del Ministerio de Defensa (general de brigada, Eitan Dangot) nos dijo que el primer ministro había ordenado que los periodistas extranjeros no entraran en la franja", dice una carta enviada a la oficina de Olmert por el asesor jurídico de ese ministerio, Eran Yosef.

Yosef, que defiende al Estado israelí en una demanda de la Asociación de Prensa Extranjera (FPA) ante el Tribunal Supremo, pedía a los asesores del jefe del Gobierno que le confirmaran la respuesta que le había dado el secretario militar.

Este le había contestado en una nota interna: "me dijeron (en la oficina del primer ministro) que había un interés de relaciones públicas para no dejar entrar a los periodistas, a pesar de que no había (otras) razones de peso para esa restricción".

Durante toda la ofensiva, Israel declaró los alrededores de la franja "zona militar" y ningún periodista pudo entrar a la franja a cubrir la guerra.

Un recurso presentado al Tribunal Supremo de Israel por la FPA fue rechazado el 2 de enero, al aceptar los jueces los argumentos del Estado y del Ejército: "motivos de seguridad".

"Ellos nos dicen que por 'motivos de seguridad' sin demasiadas explicaciones y desde que se creó este Estado los jueces se tragan esas explicaciones", dijo a Efe Daniel Blumenthal, vicepresidente de la FPA.

El día 11, el Ejército eliminó sus restricciones a la entrada de periodistas y fue la Oficina del primer ministro la que mantuvo en pie la prohibición.

Sólo el domingo último, horas después de que Israel anunciase un alto el fuego, los primeros ocho periodistas extranjeros consiguieron entrar en un pool coordinado con el Ejército, con el compromiso de regresar el mismo día, explicó Blumenthal.

Ayer se volvió a repetir el pool, pero por el momento la frontera sigue cerrada al paso sin restricciones de los profesionales de la información.

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Israel prepara defensa x crímenes de guerra

Israel prepara su defensa por una temida lluvia de denuncias por crímenes guerra
Agencia francesa AFP
Por Anna Pelegrí
Acalladas las bombas, el Gobierno israelí desenfunda ahora su pluma para preparar su defensa ante una temida lluvia de denuncias por presuntos crímenes de guerra en la Franja de Gaza, pese a que toda acción judicial en su contra chocará con dificultades para salir adelante. Seguir leyendo el arículo
En la mayor ofensiva de Israel jamás lanzada contra el territorio palestino, 1.300 personas murieron, más de la mitad de ellas civiles, incluidos más de 400 niños y adolescentes menores de 16 años, según fuentes médicas palestinas.
Las organizaciones humanitarias también fueron víctimas del fuego israelí durante los 22 días de conflicto contra el movimiento islamista Hamas.
Al menos cuatro escuelas gestionadas por Naciones Unidas, el cuartel general de la Agencia de la ONU de Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA) y uno de sus convoyes fueron atacados.
En el peor de esos bombardeos contra un centro escolar en el norte, 43 personas murieron y más de 100 resultaron heridas.
El Estado hebreo, que ha prometido investigar estos incidentes, se ha defendido acusando a los militantes de Hamas de utilizar a civiles como escudos humanos.
"¿Por qué murieron civiles? Porque los campos de entrenamiento y todas las instalaciones de Hamas están junto a escuelas, mezquitas o viviendas", afirma a AFP la portavoz del ejército Avital Leibovitch.
"Hamas cometió los crímenes de guerra poniendo a civiles en primera línea de fuego", agrega, prometiendo que Israel "responderá" a cualquier acusación en su contra.
El Gobierno israelí está reuniendo información para demostrar que su estrategia se basó únicamente en atacar objetivos militares y que la responsabilidad de las pérdidas civiles debe ser atribuida al grupo islamista.
Pero varias organizaciones y especialmente el relator de la ONU sobre los Derechos Humanos en los Territorios Palestinos, Richard Falk, han acusado a Israel de "crímenes contra la humanidad", exigiendo que sus autores sean juzgados.
El Gobierno de Bolivia, la Federación Internacional de Derechos Humanos y grupos de abogados, entre otros, han expresado su intención de pedir a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel contra la población palestina.
El Estado hebreo a priori no puede ser juzgado por este tribunal al no haber firmado el Estatuto de Roma, salvo intervención del Consejo de Seguridad de la ONU.
Para el Centro Palestino de Derechos Humanos, la vía legal más realista es el recurso al principio de "justicia universal", que permite a los tribunales penales de algunos países juzgar crímenes de guerra independientemente de si afectaron o no a sus intereses nacionales.
Su vicepresidente, Jaber Wisha, explica a AFP que ya está preparando los 'dossieres' legales sobre ataques israelíes contra civiles palestinos, protegidos por el derecho humanitario internacional.
Según Larry Maybee, experto en cuestiones legales del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICCR), un ataque contra civiles u organizaciones humanitarias puede constituir un crimen de guerra si se prueba que hubo "intencionalidad".
Y aunque el objetivo del ataque sea militar, afirma Maybee, la justicia también debe investigar si el "atacante tomó las precauciones suficientes para minimizar el número de víctimas y daños" civiles y si la "respuesta fue proporcional a la amenaza".
La justicia de algunos países, como Bélgica, Gran Bretaña, Holanda y Nueva Zelanda, ya aceptaron a trámite algunos casos contra militares israelíes por presuntos crímenes de guerra, pero muchos han acabado archivándose por la "interferencia de los políticos", según Wisha.
En 2003, la justicia belga abandonó su instrucción por crímenes contra la humanidad contra el ex primer ministro israelí Ariel Sharon, por su presunta responsabilidad en las masacres en los campos palestinos de Sabra y Chatila en 1982 en Líbano.
En cambio, algunos casos siguen adelante, según el Centro Palestino, como el del general israelí Doron Almog, sobre quien la justicia británica emitió una orden de arresto por presuntos crímenes de guerra durante la segunda intifada.
En septiembre de 2005, el general, que había viajado a Londres, escapó por poco a su detención. Antes de bajarse del avión, fue prevenido por la embajada israelí, con lo que volvió a despegar dirección Tel Aviv.

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Foro: Palestina



samedi 17 janvier 2009

El discurso escondido de Faverón

¿Intelectual peruano honesto, animado por una visión ética? El crítico literario Gustavo Faverón, que enseña en alguna universidad norteamericana y oficia de infatigable propagandista de las políticas "humanas" de Israel para con los palestinos, ha terminado por declarar en su blog que "Israel ha recurrido a procedimientos criminales en su ingreso a Gaza, y no le hace ningún bien a su causa con ello". Lo hace sin embargo discretamente, en forma casi escondida, en un extenso post en el que una vez más, fino mentiroso como es, se esfuerza en dar gato por liebre. En su discurso se sobreentiende: Hamas quiere la destrucción de Israel, Hamas controla Gaza, por lo tanto Israel tiene derecho a atacar sin misericordia Gaza. "Los palestinos de Gaza han depositado su futuro en las manos de un partido esencialmente definido por su intención criminal, nacido para coronar un proyecto genocida, un partido que existe para asegurar la extinción de su enemigo", dice para darse ánimo. Lo que debería decir claramente, si tuviera las agallas que exige su postura chauvinista, es: los palestinos insisten en no querer someterse a Israel, en querer la independencia de los territorios y un Estado; en su desesperación, frente a los bloqueos, cercos y muros que les imponemos los israelíes, han llegado al extremo de votar por Hamas, lo que nos da el pretexto ideal para castigarlos sin piedad, para ver si de una vez por todas se mueren o se van de los territorios. Adelante, profesor Faverón, tenga el coraje que exigen, en ultima instancia, sus ideas.

Las ideas de Faverón no las comparte casi nadie a estas alturas, a no ser criminales como Ehoud Olmert, Tzipi Livni, Ehud Barak o Shimon Peres. Si no consúltese a la prensa mundial, incluso hasta la que en tiempos normales es favorable a Tel Aviv. Ver las siguientes carátulas y recortes:






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Criminales de Guerra: Hildebrandt


CRIMINALES DE GUERRA


Por César Hildebrandt

El fascismo israelí está batiendo todas las marcas. El criminal de guerra Ehud Olmert ya podría compararse con cualquier gentuza nazi aterrorizando a judíos en algún gueto del 43, matando judíos indefensos en cualquier paisaje de esa Europa tiznada por la pezuña hitleriana.

Veamos cifras. Hasta ayer, a dieciocho días de comenzada la agresión en contra de la población civil de Gaza, iban 1,017 muertos palestinos.

Eso hace un promedio de 56,5 cadáveres por día.

A un ritmo de 56,5 cadáveres por día, al fascismo israelí todavía le faltarían 73 años de ocupación y asesinatos en Gaza para aniquilar a la población palestina (estimada en un millón y medio de desposeídos de todos los derechos). Y esto, además, exigiría que las mujeres palestinas dejaran de parir a partir de mañana.

Como una ocupación homicida de estas características es, aun para los estándares de Israel, algo tan inaceptable como inverosímil hay quienes proponen “soluciones finales” salidas de la imaginación de la Bayer Corporation en sus tiempos de esvástica y choque de talones.

El sionista nazi Avigdor Lieberman, ex viceprimer ministro, ha sugerido en estos días, sin medias tintas, que Israel haga uso de su arsenal atómico en contra de la Franja de Gaza.

Ahora se entenderá por qué los nazis se apuraron tanto en el proyecto de domar el uranio y fabricar el plutonio suficiente como para construir artilugios que abreviaran las guerras exterminando a una de las partes. ¡Pensaban como Lieberman!

Y ahora se entenderá por qué resultó decisivo que el llamado Proyecto Manhattan se llevara a cabo en Nuevo México y no en alguna instalación cercana a la selva negra de Stuttgart.

Algo de eso quizá haya recordado Condoleeza Rice cuando ordenó, la semana pasada, que Estados Unidos no votara en contra, como siempre lo ha hecho, respecto de una resolución de la ONU que exige el cese del fuego y que Israel y Hamas se niegan a acatar.

Ahora se sabe que la señorita Rice tuvo una discusión telefónica con la ministra de asuntos exteriores de Israel, Tzipi Livni. Cuando Livni no pudo convencer a Rice, el notorio asesino en serie Ehud Olmert entró en juego –según relato que hacía ayer el diario madrileño “El País”- y obtuvo una conversación personal con George Bush, el capo lelo de las guerras detonadas y autorizadas en Washington.

La señorita Rice quería votar con los otros miembros del Consejo de Seguridad. Olmert le habría arrancado a Bush la menos urticante figura de la abstención.

Mientras tanto, en la llamada “única democracia del Medio Oriente” seguían en la cárcel más de 700 manifestantes que expresaron su rechazo a la matanza en Gaza. Y en esa “única democracia del Medio Oriente”, el tribunal electoral rechazó la participación en las inminentes elecciones del 10 de febrero de dos partidos árabes que se niegan a reconocer el carácter confesionalmente judío del Estado israelí.

Conviene hacer algunas precisiones cadavéricas. De los 1,017 muertos palestinos contados hasta ayer, la mitad son civiles desarmados y de ellos hay unos 300 niños.

Y de los 5,000 heridos, hay 500 en condiciones tan graves, en medio de la desatención causada por el bombardeo de hospitales y la falta de insumos médicos, que todo indica que la cifra de bajas aumentará considerablemente en las próximas horas.

El corresponsal del diario “El País” en Jerusalén –que en nada se parece al pasmado “corresponsal” de “El Comercio” en Tel Aviv- escribía ayer lo siguiente:

“Israel ha empleado bombas prohibidas de fósforo blanco; provocado la expulsión de sus hogares de más de 90,000 palestinos; abatido a mujeres cuando abandonaban casas portando bandera blanca; médicos y enfermeros fueron baleados cuando trataban heridos; han impedido que ambulancias atendieran a niños hambrientos que esperaban auxilio sobre los cadáveres de sus madres; han bombardeado escuelas...”

Hitler no lo hubiera hecho mejor. Esta larga, interminable noche de los cristales rotos y los niños acribillados y los “corajudos” asaltantes que llegan del cielo a destripar civiles, supera las expectativas de un Sanjurjo, de un Pinochet, de un Idi Amín Dadá. La perversidad del fascismo israelí parece ecuménica y nutrida de todos los climas.

Al momento de escribir estas líneas, el gobierno de Ehud Olmert se negaba a aceptar que una embarcación humanitaria pudiera llegar a las aguas de Gaza con cinco toneladas de medicamentos y material sanitario de urgencia.

La frágil embarcación se llama “Espíritu de la humanidad” y es el segundo intento de la ONG “Gaza Libre” de desembarcar material quirúrgico y asistencial. La primera de sus naves, la “Dignity”, fue embestida e inutilizada por una artillada barcaza de desembarco israelí.

Ahora el nazisionismo ha llamado al embajador griego en Tel Aviv y le ha advertido que “Israel está dispuesto a tomar todas las medidas necesarias” con tal de impedir que el frágil ferry, improvisado como ambulancia marítima, llegue al puerto de Gaza.

¿De qué tiene que estar hecha el alma de un gobierno para impedir que a los niños heridos les lleguen antibióticos, sueros, bisturíes, hilos quirúrgicos, bajalenguas? ¿De qué fracaso de Dios puede proceder esta ignominia?

Benita Ferrero-Waldner, comisaria de asuntos foráneos de la Unión Europea, le ha dicho al políticamente acabado Simon Peres:

“Yo le digo, señor presidente de Israel, que la imagen de Israel ante el mundo está destrozada”.

La cita no es de una publicación próxima a Hamas. Proviene del diario israelí “Haaretz”.

Tomado de La Primera, 15/01/09

jeudi 15 janvier 2009

Barbarie en la Franja de Gaza

El filósofo Gonzalo Gamio Gehri ha publicado en su blog personal la siguiente reflexión sobre los acontecimientos sangrientos y bárbaros que se están dando en la Franja de Gaza. He aquí lo que piensa un intelectual peruano responsable y con un sentido de la moral y de la Historia.


BARBARIE EN LA FRANJA DE GAZA

Por Gonzalo Gamio Gehri




Esta semana han aparecido en La República dos sesudos artículos sobre el tema del conflicto en la franja de Gaza: El martirio de Gaza, del historiador Nelson Manrique, y La solución final, firmado por Alberto Adrianzén. Se trata de dos aproximaciones críticas a la acción del Estado israelí, que ha convertido en Gaza en un auténtico gueto palestino, que hoy sufre ataques sistemáticos contra su población. El Estado israelí aduce que los bombardeos pretenden destruir la infraestructura terrorista del movimiento islamista Hamás, pero la absoluta asimetría en cuanto al armamento y la crueldad del Operativo Plomo Fundido revelan otros propósitos de corte militar y político. Se trataría de propiciar una radicalización del conflicto que refuerce la situación de la ultraderecha israelí de cara a las próximas elecciones y de presionar al Presidente electo norteamericano Barack Obama para definir la posición de su futuro gobierno en un conflicto armado de mayor escala.

El texto de Manrique apunta al examen de los fundamentos políticos y culturales de este penoso conflicto. Para tal fin, evoca las reflexiones de Isaac Deutscher, historiador judío polaco, autor del libro El judío no sionista. Siguiendo a este importante intelectual, Manrique sostiene que los sectores extremistas de ambos lados bloquearon cualquier posibilidad de lograr la paz en tiempos en los que Rabín y Arafat estaban a punto de llegar un acuerdo. El columnista – siguiendo a Deutscher – nos invita a no caer en la trampa (o quizá en el chantaje) de ciertos sectores radicales de la postura israelí que consideran que cualquier crítica al proyecto sionista puede ser acusada de antisemitismo. Del mismo modo, cuestiona severamente la actitud del Estado de Israel frente a la población palestina:

“Deutscher proponía una analogía muy sugestiva para analizar la situación: un hombre atrapado en un edificio que está en llamas se lanza por la ventana para no morir y en su caída hiere gravemente a un transeúnte, cuyo cuerpo amortigua el golpe, salvándole la vida. ¿Qué debería hacer quien así se ha salvado? ¿Golpear al transeúnte y llenarlo de injurias, o apresurarse a disculparse con él, explicarle lo sucedido, confortarlo y curarlo? Quien saltó del edificio en llamas eran para Deutscher los judíos que huyendo el Holocausto ocuparon Palestina. El transeúnte herido los palestinos, sobre cuyo territorio se refugiaron quienes huían de la Europa cristiana; la de los innumerables pogroms contra los judíos por más de un milenio, que finalmente culminaron en la Shoá, en los campos nazis de exterminio. Deutscher abogaba por una coexistencia pacífica y armoniosa entre judíos y palestinos, un ideal al cual, por un camino radicalmente distinto, llegó también otro judío, Yitzhak Rabin, combatiente, militar y primer ministro de Israel, e inicialmente un halcón entre los halcones del sionismo, al que la vida llevó a la convicción de que la única salida al drama era la negociación y la paz dialogada: “Fui hombre de armas durante 27 años –dijo en su discurso final–. Mientras no había oportunidad para la paz, se desarrollaron múltiples guerras. Hoy, estoy convencido de la oportunidad que tenemos de realizar la paz”.
La oportunidad se abrió cuando la al Fatah de Yasser Arafat decidió reconocer el derecho de Israel a existir, abriendo la negociación por la que Arafat, Rabin y Shimon Peres (que como presidente de Israel avala la barbarie) recibieron el Nobel de la Paz. Rabin fue abatido por un judío fundamentalista de derecha pocos minutos después de pronunciar estas palabras, el 4/11/95 y su muerte abrió el camino al triunfo de los extremistas judíos y palestinos, y a la espiral de guerra, dolor y destrucción que tienen su última expresión hoy, en el martirio de Gaza.”

Aquí se plantean algunas distinciones elementales, que considero fundamentales. El judaísmo es una religión (quizás una cultura). El sionismo es fundamentalmente (siguiendo a la principal de sus versiones) un proyecto político, consistente en darles a los hijos de Israel un territorio en el que pueda afirmarse un Estado (hay que decir que muchos pensadores y líderes religiosos judíos discreparon abiertamente con el sionismo). Semita es una de las razas humanas. Identificar la política del Estado israelí en Palestina como la “actitud de los judíos” refuerza una serie de prejuicios antiguos contra el judaísmo y la cultura hebrea que Occidente debe deplorar. Muchos intelectuales judíos profesaron un antisionismo político, o apostaron por la unión de israelíes y palestinos (Martin Buber). La figura del notable filósofo judío Maimónides – interculturalista medieval que escribió en hebreo y en árabe (en la imagen) – resulta ejemplar en estos contextos de crisis. ´

La metáfora del hombre que salva de morir y del herido que amortigua la caída retrata muy bien lo ocurrido en Palestina desde 1945, así como la actitud represiva y violenta del Estado de Israel. El artículo de Adranzén pretende demostrar que fueron los propios israelíes quienes violaron el alto al fuego de junio de 2008, con acciones violentistas que buscaban una respuesta en las fuerzas de Hamás. El autor señala que la conversión de la franja de Gaza en un gueto y su bombardeo obedece a un plan estratégico urdido en tiempos del régimen de Ariel Sharon. Sin duda, sus argumentos pueden resultar controversiales, pero se basan en el testimonio de personas que pertenecen al bando de Israel, pero que no dudan en asumir una perspectiva crítica respecto de su propio gobierno.

Parte de este plan, que habría sido diseñado desde Sharon, consistió en “la retirada israelí de Gaza, saludada por los ingenuos como una concesión o un acto de buena voluntad (que) tenía por objetivo convertir definitivamente la totalidad de ese exiguo territorio en un auténtico gueto. Para encerrar definitivamente a la población de Gaza era necesario desalojar primero a los colonos israelíes. Luego, siempre habría tiempo de reventar el absceso y limpiar de población árabe una zona que poco a poco se ha hecho inhabitable y que solo sobrevive gracias a la ayuda humanitaria internacional” (John Brown). Este proceso de “guetización” del pueblo palestino también se expresa en el ilegal e indecente Muro del Apartheid: “El 80% del muro está construido dentro del territorio ocupado de Cisjordania, aislando entre sí a comunidades y familias” (AI).
También se señala que otro componente de este plan fue el apoyo inicial a Hamas contra la OLP: “Al estallar la primera Intifada en 1987 el movimiento islámico oficialmente cambió su nombre por el de Hamas (acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámico) y se sumó a la lucha. Incluso entonces el Shin Bet (servicio de seguridad interior de Israel) no tomó ninguna medida contra ellos, mientras que los miembros de Fatah eran asesinados o encarcelados en gran número. Solo al cabo de un año los israelíes arrestaron al jeque Ahmed Yassin y a sus colegas” (Ury Avnery).”

Las interpretaciones sobre lo que está sucediendo en Gaza son tema de debate. Lo que es claro es que la población civil palestina está viviendo una verdadera catástrofe humanitaria, y que el actual gobierno israelí – aún en el caso (objeto de discusión) de que esté contestando o no los ataques de Hamás – está violando los Derechos Humanos de la gente del lugar, hecho que merece la condena de la opinión pública internacional. Muchos especialistas consideran que los bombardeos sobre la zona pueden obedecer a un proyecto de ‘limpieza étnica’. Adrianzén ha titulado su texto La solución final, en dolorosa alusión al perverso plan nazi de acabar con los judíos en el mundo, y con ello suscribe la tesis de que el operativo se enmarca en una estrategia de ‘limpieza étnica’. Muchos de los partidarios de las acciones en Gaza tienen parientes que fueron víctimas de la insania nazi: constituye un atentado contra la memoria de esas víctimas inocentes el negarse a aprender del terrible sufrimiento y la injusticia padecidos en la Shoá al permitir que se comentan las atrocidades que hoy se cometen contra la población palestina. Qué triste constatar que el territorio que tres religiones consideran Santo continúe siendo el escenario de la inmisericorde destrucción del prójimo, y que los diferentes grupos que están en pie de guerra no caigan finalmente en la cuenta de que no hay muertos ajenos.

mercredi 14 janvier 2009

Vargas Llosa y Gaza

Artículo del escritor conservador Mario Vargas Llosa sobre la violencia demente desatada por Israel en Gaza. Lo publicamos porque creemos que no sólo esclarece sino que honra a los peruanos. El arequipeño universal dice en voz alta lo que otros callan, o tergiversan, cual altoparlantes de propaganda, como es el caso de esos falsos intelectuales "morales" peruanos a los que César Hildebrandt llama despectivamente "los Faverones".




EL País, 11/01/2009


TRIBUNA


MORIR EN GAZA


La sociedad israelí ha sufrido un proceso de derechización radical y una progresiva pérdida de la moral en la vida política. Esto le ha llevado a pensar que no hay acuerdo posible con los palestino.


Frases :


Los cadáveres y ríos de sangre de estos días sólo servirán para sembrar más resentimiento


Amos Oz y David Grossman ahora, tímidamente, sólo se animan a reclamar la paz


Por MARIO VARGAS LLOSA


Hay alguna posibilidad de que la invasión militar de Israel a Gaza "destroce la infraestructura terrorista" de Hamás -objetivo oficial de la operación- y ponga fin al lanzamiento de cohetes artesanales de los integristas palestinos que controlan la Franja sobre las ciudades israelíes de la frontera? Yo creo que ninguna y que, más bien, esta operación militar en la que, hasta el momento de escribir estas líneas, han muerto ya más de 600 palestinos, entre ellos gran número de niños y civiles inocentes, y causado millares de heridos, tendrá el efecto de una poda en la comunidad palestina de la que Hamás saldrá reforzada y muy disminuido el sector moderado, es decir, la Autoridad Nacional Palestina liderada por Mahmud Abbas.


Para que la razón esgrimida como justificación del ataque por Ehud Olmert y sus ministros tuviera visos de realidad, Israel debería volver a ocupar Gaza con un enorme despliegue militar permanente o perpetrar un genocidio que ni siquiera los más fanatizados de sus halcones se atreverían a asumir, ni, esperemos, el resto del mundo toleraría, aunque la opinión pública internacional ha mostrado ya más de una vez una supina indiferencia en lo que respecta a la suerte de los palestinos. La verdad de los hechos es que, por más feroz que haya sido el castigo infligido por el Ejército de Israel a Gaza, y precisamente debido al sentimiento de impotencia y odio por lo ocurrido del millón y medio de palestinos que viven hambreados y medio asfixiados en esa ratonera, lo probable es que, una vez que el Tsahal se retire de la Franja y se restablezca "la paz", las acciones terroristas se renueven con nuevos bríos y un deseo de venganza atizado por los sufrimientos de estos días.


Los defensores de los bombardeos y la invasión responden a sus críticos con esta pregunta: "¿Hasta cuándo puede resistir un país que sus ciudades sean víctimas de cohetes terroristas lanzados desde sus fronteras a lo largo de días y meses por una organización como Hamás que no reconoce la existencia de Israel ni oculta su propósito de acabar con él?". La pregunta es muy pertinente, desde luego, y nadie que no sea un fanático o un terrorista puede justificar el acoso criminal constante de Hamás contra las poblaciones civiles de Israel. Ahora bien, si se trata de buscar las causas del conflicto es, a mi juicio, deshonesto quedarse sólo allí, en los cohetes artesanales de Hamás, y no retroceder un poco más en el tiempo para entender -lo que no quiere decir justificar, claro está- lo que sucede en ese explosivo rincón del mundo.


La victoria electoral que llevó a Hamás al poder en la Franja no fue un acto de adhesión masivo de los palestinos de Gaza al fanatismo integrista ni a las acciones terroristas sino un rechazo perfectamente legítimo de los ciudadanos a la ineficiencia y, sobre todo, a la descarada corrupción de los dirigentes de la Autoridad Nacional Palestina. Y, también, un típico acto autodestructivo al que los seres humanos, individuos o colectividades, son propensos cuando llegan a situaciones límite, de indefensión y desesperación totales.


Desde luego que la retirada de Israel de Gaza y el abandono de los 21 asentamientos de colonos que allí había, en el verano de 2005, despertó grandes esperanzas de que este gesto impulsara el proceso de paz que debería conducir a la creación de un Estado Palestino que coexistiera con Israel y le garantizase su seguridad en el futuro. No sólo no ocurrió así. Hamás se alzó con el poder y sus disputas con Al Fatah -con tiroteos y asesinatos de por medio-, por una parte, y, por otra, la política de Israel de incomunicar a Gaza y mantenerla en una suerte de cuarentena implacable, impidiéndole exportar e importar, cerrándole el uso del aire y del mar, permitiendo que sus pobladores salieran de ese gueto sólo a cuentagotas y después de trámites abrumadores y humillantes, contribuyeron al gran "fracaso económico" que hoy día los halcones de Israel exhiben como prueba de la incompetencia de los palestinos para gobernarse a sí mismos.


Me pregunto si algún país en el mundo hubiera podido progresar y modernizarse en las condiciones atroces de existencia de la gente de Gaza. Nadie me lo ha contado, no soy víctima de ningún prejuicio contra Israel, un país que siempre defendí, y sobre todo cuando era víctima de una campaña internacional orquestada por Moscú que apoyaba toda la izquierda latinoamericana. Yo lo he visto con mis propios ojos. Y me he sentido asqueado y sublevado por la miseria atroz, indescriptible, en que languidecen, sin trabajo, sin futuro, sin espacio vital, en las cuevas estrechas e inmundas de los campos de refugiados o en esas ciudades atestadas y cubiertas por las basuras, donde se pasean las ratas a la vista y paciencia de los transeúntes, esas familias palestinas condenadas sólo a vegetar, a esperar que la muerte venga a poner fin a esa existencia sin esperanza, de absoluta inhumanidad, que es la suya. Son esos pobres infelices, niños y viejos y jóvenes, privados ya de todo lo que hace humana la vida, condenados a una agonía tan injusta y tan larval como la de los judíos en los guetos de la Europa nazi, los que ahora están siendo masacrados por los cazas y los tanques de Israel, sin que ello sirva para acercar un milímetro la ansiada paz. Por el contrario, los cadáveres y ríos de sangre de estos días sólo servirán para alejarla y levantar nuevos obstáculos y sembrar más resentimiento y rabia en el camino de la negociación.


Todo esto lo saben, mucho mejor que yo o que cualquier observador, los dirigentes de Israel, que pueden haber perdido los sentimientos y la moral, pero no la inteligencia. La clase dirigente israelí es de muy alto nivel, bastante más culta y preparada que la del promedio occidental. Y, si es así, ¿para qué desatar una operación militar que no va a acabar con el terrorismo de los fanáticos de Hamás y que, en cambio, va a servir para desprestigiar a un Estado que con acciones punitivas como ésta ha perdido ya esa superioridad moral que tuvo sobre sus enemigos en el pasado, por ejemplo cuando Yitzhak Rabin firmó los Acuerdos de Oslo de 1993?


Creo que la respuesta es la siguiente: desde el fracaso de las negociaciones de Camp David y de Taba del año 2000-2001, en las que el Gobierno israelí presidido por Ehud Barak estuvo dispuesto a hacer unas importantes concesiones que Arafat cometió la insensatez de rechazar, la sociedad israelí, profundamente decepcionada, ha vivido un proceso de derechización radical y, en su gran mayoría, llegado a la conclusión de que no hay acuerdo razonable posible con los palestinos. Y que, por lo tanto, sólo una política de fuerza, de represión y castigo sistemáticos, los doblegará, haciéndoles aceptar, al final, una paz impuesta según las condiciones de Israel. Esto explica la popularidad que tuvo Ariel Sharon y el crecimiento del apoyo al movimiento de los colonos que siguen instalando asentamientos por doquier en Cisjordania y a la construcción del Muro que aísla, cuartea y reduce como una piel de zapa a la Cisjordania palestina. Y esto explica, también, que, desde que empezaron a llover las bombas sobre Gaza, haya subido como flecha la popularidad de los laboristas de Ehud Barak, el actual ministro de Defensa, y de la líder de Kadima, la canciller Tzipi Livni, quienes, gracias a la operación militar contra Gaza, han recortado la ventaja que les llevaba, cara a las próximas elecciones, el conservador Benjamín Netanyahu. No hay que olvidar que, según las encuestas, más de dos tercios de los israelíes aprueban la acción militar contra Gaza.


"Nuestros corazones se han endurecido y nuestros ojos se han nublado", dice el periodista israelí Gideon Levy, en un artículo aparecido en el diario Haaretz el 4 de enero de 2009, comentando la incursión del Tsahal en Gaza. Como todo lo que escribe, su texto transpira decencia, lucidez y coraje. Es un lamento por esa progresiva desaparición de la moral en la vida política de su país, aquel fenómeno que, según Albert Camus, precede siempre los cataclismos históricos, y una crítica a esos intelectuales progresistas como Amos Oz y David Grossman que, antes, solían protestar con energía contra hechos como el bombardeo de Gaza y ahora, tímidamente, reflejando la involución generalizada de la vida política israelí, sólo se animan a reclamar la paz. Gracias por demostrarnos que todavía quedan justos en Israel, amigo Gideon Levy.


© Mario Vargas Llosa, 2008.




dimanche 11 janvier 2009

El otro yo de Mister Bryce

Tomado de El Correo Digital

11 Ene 2009


LOS PLAGIOS
Por César Coca


He leído que Bryce Echenique ha sido condenado por un tribunal peruano por plagio. Es una historia de la que se ha venido hablando. El autor de Un mundo para Julius siempre lo ha negado, pero ahora hay ya una sentencia, aunque puede recurrir.


Bryce, solo con sus demonios.


Me gusta bastante la literatura de Bryce Echenique, esa tenue melancolía y ese sentido del humor con frecuencia tan autoparódico. Creo que no es Vargas Llosa, por citar un autor de su mismo país, ni Borges ni García Márquez, pero muchos de sus libros son buenos: cuentan historias interesantes y están bien escritos.


Dicho eso, tengo que añadir que desprecio a quienes plagian. Me parecen, en el ámbito más o menos intelectual o artístico, responsables de un verdadero fraude. Y sin embargo, qué común resulta. ¿Quién no conoce -en este nivel del que hablamos o en uno mucho más modesto- algún latrocinio de este tipo? Y entre quienes nos dedicamos a escribir, ¿quién no se ha sorprendido alguna mañana leyendo un texto idéntico en unos cuantos párrafos a otro que uno mismo escribió tiempo atrás pero firmado por otra persona?


¿Qué lleva a alguien a coger un texto de otro y sin más añadirlo a uno propio? O copiarlo en su totalidad. Puedo entender la argucia del estudiante sin tiempo para hacer un trabajo (o sin ganas, o sin conocimiento). Pero no entiendo ni entenderé la del profesional de la palabra, ya sea periodista, escritor o profesor universitario, que piratea de esa manera. Aún entiendo menos que, una vez conocido su latrocinio, no se les caiga la cara de vergüenza.


Y, a veces, ni siquiera piden disculpas.



samedi 10 janvier 2009

Según la ONU: los crímenes de Israel en Gaza

Los crímenes de guerra de Israel

De Richard Falk

Texto del mensaje:

Los crímenes de guerra de Israel, a juicio del relator especial de la ONU para territorios ocupados, Richard Falk.


04/01/09

Le declaración que sigue fue redactada el pasado 27 de diciembre como respuesta de urgencia al ataque israelí sobre Gaza por el profesor Richard Falk, Relator especial de la ONU para los Derechos Humanos en Territorios Ocupados.

Los ataques aéreos de Israel sobre la Franja de Gaza representan graves y masivas violaciones de leyes internacionales humanitarias definidas en las Convenciones de Ginebra, tanto en lo que hace a obligaciones de una potencia ocupante, cuanto en lo atinente a las exigencias de las leyes de Guerra.

Entre esas violaciones, las que siguen:

• Castigo colectivo: el millón y medio de personas que viven en la densamente poblada Franja de Gaza está siendo castigado por las acciones cometidas por un pequeño número de militantes.

• Objetivos civiles: los ataques aéreos lo son contra áreas civiles en una de las franjas más densamente pobladas del mundo, y desde luego la más densamente poblada de todo el Oriente Próximo.

• Respuesta militar desproporcionada: los ataques aéreos no solo han destruido todas y cada una de las instalaciones policiales y de seguridad del gobierno electo de Gaza, sino que han matado y herido a centenares de civiles; de acuerdo con la información disponible, al menos uno de los ataques alcanzó a un grupo de estudiantes en busca de transporte para volver a sus casas desde la universidad.

Anteriores acciones israelíes, particularmente el hermético sellado de las entradas y salidas en la Franja de Gaza, han llevado a graves carencias de medicamentos y combustible (así como de comida), resultando en la incapacidad de las ambulancias para responder a las llamadas de los heridos, en la incapacidad de los hospitales para suministrar los medicamentos y el equipo médico necesarios para los heridos y en la incapacidad de los asediados médicos de Gaza y otros trabajadores sanitarios para tratar adecuadamente a las víctimas.

Es cierto que los ataques con cohetes contra la población civil israelí son ilícitos. Pero esa ilegalidad no confiere a Israel, ni como potencia ocupante, ni como Estado soberano, derecho alguno a violar el derecho internacional y a cometer crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad como represalia. Me permito observar que la escalada israelí de asaltos militares no ha aumentado la seguridad de los civiles israelíes; al contrario, el israelí asesinado hoy, tras el estallido de violencia israelí, es la primera víctima en un año.

Israel también ha ignorado las recientes iniciativas diplomáticas de Hamás tendentes a restablecer la tregua o el alto el fuego tras su expiración el 26 de diciembre.

Los ataques aéreos israelíes de hoy, y la catastrófica mortandad por ellos causada, presentan un desafío a aquellos países que han sido y siguen siendo cómplices, directa o indirectamente, de las violaciones israelíes del derecho internacional. Son cómplices aquellos países que notoriamente le suministran equipo militar, incluidos los aviones de combate y los misiles empleados en estos ataques ilegales, así como los países que han apoyado y aun participado en el asedio de Gaza, asedio que, por sí mismo, ha causado ya una catástrofe humana.

Recuerdo a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas que la ONU sigue vinculada a una obligación de proteger a toda población civil enfrentada a masivas violaciones de las leyes internacionales humanitarias, con total independencia de la autoría de esa esas violaciones. Llamo a todos los Estados miembros, así como a los funcionarios y a todos los órganos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas, a reaccionar con urgencia, no sólo para condenar las graves violaciones de Israel, sino para desarrollar nuevas vías de protección real del pueblo palestino.

Richard Falk, profesor emérito de Derecho Internacional en la Universidad de Princeton, es el Relator de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en los Territorios Ocupados. Es autor de numerosos libros, entre ellos: The Costs of War: International Law, the UN, and World Order After Iraq (Los costes de la Guerra: el Derecho Internacional, la ONU y el orden mundial después de Irak).


vendredi 9 janvier 2009

Faverón, maestro... en propaganda

Diez largos días de reflexión, y una violenta tirada de orejas de César Hildebrandt, han llevado por fin al profesor y crítico Gustavo Faverón, que enseña en una universidad norteamericana y veranea en Máncora, a pronunciarse sobre las masacres que está comentiendo el ejército israelí en la Franja de Gaza. Ha escrito un largo mensaje en su blog bajo el escueto título de GAZA y sus lectores deben haberse zambullido en su prosa habilidosa, a veces, en busca de una ira, un espanto, una indignación, de una protesta que hable de un ser humano capaz de rebelarse frente a un crimen. Su decepción debe haber sido mayúscula. Paula parió un ratón (grande, es cierto), un ratón propagandista.

El mensaje de Faverón no contiene una pizca de insurgencia moral frente a la carnicería que la soldadesca israelí (uno de los mejores ejércitos del mundo, financiado por Estados Unidos) está comentiendo contra civiles, mujeres y niños, contra una población que se encuentra entre las más pobres del planeta. Contiene en cambio una frase memorable por su cinismo frio en torno a la compasión. Dice que seria un error contemplar desde la compasión la tragedia que estamos viendo día a día (ya son 300 los niños palestinos asesinados por la tropa hebrea). Luego todo se limita a las engañifas, calumnias bien calculadas y lugares comunes de la propaganda israelí. Que los cohetes de Hamas, que el primer ministro palestino, que los terroristas, que los palestinos no quieren la paz, el progreso y el desarrollo, que los males de la Historia, etc.


Nada sobre la muerte de niños por docenas, nada sobre la destrucción sistemática y cínica de la pobre infraestructura que alberga la vida de la población miserable del mayor ghetto del mundo, sometida, desde hace medio año ya, a bloqueos, hambrunas y a asesinatos selectivos. ¿No era que Faverón era muy ético? Pues en momentos como este se ve tal cual son a los fariseos que se rasgan las vestiduras por la forma, a sabiendas de que ocultan y justifican con sus silencios crímenes que serán necesariamente históricos, como lo fueron en su hora los cometidos por los nazis.

Qué diferencia entre lo que hacen y dicen dos judíos, entre la actitud de este profesor peruano de universidad norteamericana y la del profesor uruguyo Gerardo Leibner, que enseña en la Universidad de Tel Aviv. Martín Tanaka cita a Leibner en su blog, explicando que se trata de un notable latinoamericanista y peruanista. Leibner escribe un mensaje colectivo a sus amigos y colegas para saludarlos en el Año Nuevo pero sobre todo para pedirles su solidaridad e insurgencia moral frente a la matanza, que todavía estaba en su fase "bombardeo aéreo" (con misiles, bombas de demolición y bombas-racimo). Dice Leibner:


Querid@s amig@s:

Les deseo un feliz 2009 y les pido disculpas por este largo mail colectivo e impersonal.

Las circunstancias de este año no me permiten escribir unas líneas personales a cada un@ de ustedes. Más allá de las cargas habituales de trabajo y de que en este país las fiestas cristianas no son feriado ni época de vacaciones, este fin de año nuevo está empañado por una horrible escalada bélica y como se podrán imaginar me veo involucrado en diversas actividades de protesta contra la barbarie desatada.

Quiero aprovechar este mensaje para solicitarles solidaridad. No conmigo ni con el débil aunque persistente movimiento israelí por la paz. Si bien nos topamos con una generalizada hostilidad hacia nuestras ideas, nuestras acciones y en algunos casos nuestras personas (150 personas con carteles en una esquina céntrica de Tel Aviv pidiendo un alto al fuego y mencionando a los niños palestinos muertos por las bombardeos israelíes fueron corridos ayer a huevazos e insultos por indignados transeuntes) – al final de cuentas somos unos privilegiados que gozamos de la relativa libertad para expresar nuestras ideas. La solidaridad que pedimos es ante todo para la población civil palestina de la Franja de Gaza expuesta a bombardeos diarios de aviones y helicópteros israelíes. Y también para la población israelí del suroeste del país que sufre de los misiles disparados por Hamas.

¿Qué solidaridad estamos pidiendo? Lo que tengan a vuestro alcance, lo que puedan y quieran hacer. Desde circular la información de este mail, hasta enviar mails de protestas a las embajadas y consulados del Estado de Israel cuyo gobierno es el principal responsable de la actual tragedia, y si es posible influir en la toma de posiciones, en los pronunciamientos públicos de entidades políticas, sociales, culturales a las que ustedes pertenecen. Claro está que cartas a periódicos, artículos y comentarios en medios de comunicación pueden ser muy útiles. Y claro está, a veces se pueden adoptar acciones solidarias más militantes. Recuerdo como siendo adolescente participé junto con otros exiliados y emigrantes sudamericanos y algunos israelíes solidarios en protestas ante las embajadas de las dictaduras del cono sur reclamando por los presos político y por los desaparecidos. Si algo así fuera posible ante las representaciones diplomáticas israelíes, sería un gran aporte a la presión internacional necesaria para frenar esta cruel guerra.

Ya sé que la propaganda israelí y en algunos casos los dirigentes de las comunidades judías argumentan que las críticas o protestas contra la política de Israel son expresiones de antisemitismo. De esa forma se busca acallar la crítica, explotando la sensibilidad existente en sectores de izquierda hacia las comunidades judías tradicionales víctimas de prejuicios racistas y víctimas históricas de la peor barbarie del siglo XX europeo. Si les sirve para desinhibirse, para salir a protestar contra la política asesina y cínica del gobierno de Israel, les puedo decir que los judíos-israelíes que nos oponemos a esta guerra y que abogamos por una paz justa israelí-palestina esperamos de ustedes que demuestren vuestra solidaridad y sensibilidad hacia los israelíes, judíos y árabes por igual. Criticar al gobierno de Israel, protestar contra el racismo fuertemente impregnado a las políticas y en las actitudes israelíes no es ser antisemita. Todo lo contrario, protestar es apoyar a una futura existencia pacífica de los judíos-israelíes junto a los palestinos y a los pueblo árabes en general.

Mil disculpas por redactar un mail tan deprimente y amargar en algo las fiestas de fin de año. Festejen amigos y amigas, festejen que el objetivo de este no es arruinar los festejos sino contribuir a que quienes no pueden sonreir este año puedan hacerlo el siguiente.

Un abrazo
Gerardo

Ver más información en el citado blog de Martin Tanaka, de donde hemos tomado también la fotografía.


jeudi 8 janvier 2009

Saramago, Sarkozy y los avaladores del crimen


Saramago critica la postura de Sarkozy sobre la invasión israelí


TeleSur, miércoles 7 de enero.


El premio Nobel de Literatura José Saramago calificó este martes de irresponsable al presidente francés, Nicolás Sarkozy, por no condenar los crímenes de Israel contra la población civil de Gaza.

En un texto colocado en su Cuaderno de Saramago en Internet, el laureado escritor portugués afirma que "nunca he apreciado a este caballero (Sarkozy) y creo que a partir de hoy lo apreciaré menos todavía, si tal cosa fuera posible".

En su nota, titulada Sarkozy, el irresponsable, el autor de El viaje del elefante acusa de hipocresía política al mandatario galo, cuando denuncia a la organización Hamas por lanzar cohetes sobre territorio israelí, sin señalar la actuación de Tel Aviv.

Saramago apunta que Sarkozy debió criticar "los horrendos crímenes de guerra que están siendo cometidos por el ejército y por la aviación israelí, en proporciones inimaginables, contra la población civil de la Franja de Gaza".

Sobre esta vergüenza (la invasión de Israel a Gaza) el Señor Sarkozy parece no haber encontrado en su (diccionario) Larousse las expresiones adecuadas. Pobre Francia, concluye el premio Nobel portugués.

El gobernante francés realiza una gira por varios países del Medio Oriente y ya se entrevistó con los presidentes Hosni Mubarak (Egipto), Mahmud Abbas (Autoridad Nacional Palestina) y Simón Peres (Israel), además del primer ministro israelí, Ehud Olmert.

El Premio Nobel portugués José Saramago ha firmado, junto a otros intelectuales iberoamericanos un comunicado de solidaridad con el pueblo de Gaza. Es un documento que contribuye a dar a conocer lo que de verdad ocurre en ese territorio tan castigado por Israel.

Gaza: Crimen y verguenza

(Texto integro)


No es una guerra, no hay ejércitos enfrentados. Es una matanza. No es una represalia, no son los cohetes artesanales que han vuelto a caer sobre territorio israelí sino la proximidad de la campaña electoral lo que desencadena el ataque. No es la respuesta al fin de la tregua, porque durante el tiempo en el que la tregua estuvo vigente el ejército israelí ha endurecido aún más el bloqueo sobre Gaza y no ha cesado de llevar a cabo mortíferas operaciones, 256 muertos en los seis meses de supuesto alto el fuego, con la cínica justificación de que su objetivo eran miembros de Hamas. ¿Acaso ser miembro de Hamás despoja de condición humana al cuerpo desmembrado por el impacto del misil y al supuesto asesinato selectivo de su condición de asesinato sin más?.

No es un estallido de violencia. Es una ofensiva planificada y anunciada hace tiempo por la potencia ocupante. Un paso más en la estrategia de aniquilación de la voluntad de resistencia de la población palestina sometida al infierno cotidiano de la ocupación en Cisjordania y en Gaza a un asedio por hambre cuyo ultimo episodio es la carnicería que en estos días asoma en las pantallas de nuestros televisores en medio de amables y festivos mensajes navideños.

No es un fracaso de la diplomacia internacional. Es una prueba más de complicidad con el ocupante. Y no se trata solo de Estados Unidos que no es referencia moral ni política sino parte, la parte israelí, en el conflicto; se trata de Europa, de la decepcionante debilidad, ambigüidad, hipocresía, de la diplomacia europea.

Lo más escandaloso de lo que está pasando en Gaza es que puede pasar sin que pase nada. La impunidad de Israel no se cuestiona. La violación continuada de la legalidad internacional, los términos de la Convención de Ginebra y las mínimas normas de humanidad, no tiene consecuencias. Más bien, al contrario, parece que se premia con acuerdos comerciales preferentes o propuestas para el ingreso de Israel en la OCSE. Y qué obscenas resultan las frases de algunos políticos repartiendo responsabilidades a partes iguales entre el ocupante y el ocupado, entre el que asedia y el asediado, entre el verdugo y la víctima. Qué indecente la pretendida equidistancia que equipara al oprimido con su opresor. El lenguaje no es inocente. Las palabras no matan pero ayudan a justificar el crimen. Y a perpetuarlo.

En Gaza se está perpetrando un crimen. Lleva tiempo perpetrándose ante los ojos del mundo. Y quizá dentro de unos años alguien se atreva a decir como en otro tiempo se dijo en Europa que no sabíamos.

Además de la de José Saramago, aparecen las firmas de Teresa Aranguren, Pedro Martínez Montávez, Pilar del Río, Rosa Regás, Carmen Ruiz Bravo, Belén Gopegui, Constantino Bértolo y Santiago Alba.

mercredi 7 janvier 2009

Gaza y los Faveron


ESTRUENDOS MUDOS

Por César Hildebrandt

¿Y los intelectuales? ¿Dónde veranean? ¿En cuántos idiomas se callan? ¿O es que esperan el premio Jerusalén?
Y ese poeta borrachoso y alguna vez divertido que tiene la voz guarapera y desprecia a todos los que no se emborrachan y esnifan y jura que es el Guinsberg de la calle de las pizzas, ¿en qué cocina de Torre Tagle sirve y con qué bocaditos se atraganta?
Repúblicas del silencio, torres de jade, almas con sordina, viejos apolillados, jóvenes veletas, pendejos de todas las falanges:
¿Dónde están que nadie los oye mientras los niños son troceados en Gaza?
¿Que esos niños están muy lejos y no nos conciernen?
Gaza está aquí nomás, a tiro de Al Jazeera: ustedes son los que están lejos.
Además, valgan verdades, a ustedes ni los niños de Lima les conciernen.
Las becas Fullbright, las becas Guggenheim, las becaciones, las vacaciones, las contemplaciones: todo eso, muchachos, los ha sacado de la historia, los ha librado del dolor, los ha vuelto esa prosa oscura y fingidamente autista, esa poesía que se empeña en no decir nada y lo logra admirablemente, esa manera tan bien pagada de hacerse los cojudos.
De los viejos, digamos, hechas las excepciones tan escasas y visibles, no cabe esperar mucho. La mayor parte de ellos envidia a Pablo Macera, que se cansó de ser honesto y bailó para Fujimori mientras tramaba la pensión de la 20530 (diez mil trescientos soles que se lleva cada mes por haber estado sesenta días en el Congreso).
Los viejos empezaron a volverse incrédulos cuando ya nadie creía en ellos. Así pasa cuando la procesión va por dentro.
Pero, ¿y los jóvenes?
Nadie dice que salgan a las calles y quemen banderas. Eso sí que puede estar pasado de moda.
¿Pero no pueden decir algo, escribir algo, balbucear algo, gritar un poco, enviar cartas, llorar por los niños de Gaza que son los mismos de Sabra y Chatila?
¿Y el señor Abugattás? ¿No es que era medio palestino? ¿Cómo están las exportaciones de textiles, señor Abugattás?
¿Y el señor Mufarech está de acuerdo con la ruleta de las balas israelíes? ¿O sólo hay tiempo para hacerse la cara de nuevo?
¿Y los Saba? ¿Tampoco tienen nada que decir? ¡Pues qué bien que lo dicen!
Y así sucesivamente.
¿Es que en el Perú ya está la Fox News?
El silencio de la mayor parte de los periodistas tiene una explicación servil.
Pero el silencio de los poetas y de las poetas, como se dice ahora, es un estruendo mudo, una afonía oportunista, una manera de congraciarse con lo peor.
En Gaza los niños son bombardeados.
En el Perú los niños pueden morir más despacio, en la cámara lenta de la tuberculosis y la anemia, caídos por el plomo de La Oroya.
En Gaza y en el Perú, en suma, los niños se mueren por causas evitables.
Pero a los intelectuales eso no les importa.
A los poetas y a las poetas no les importa.
A los novelistas que no han leído a Arguedas pero adoran a Bayly les importa menos.
A toda esa tribu la convencieron de que si su obra se metía con la realidad, entonces la realidad se metería con ellos y con ellas.
Y entonces nada de críticas arregladas en el dominical de “El Comercio”. Nada con la mafia malogradaza de los cuetos. Nada con postular a becas de los Estados Unidos, donde viven los faverón y despachan los viejos que el sistema desbravó hace un montón de años.
Por eso es que en mucho de lo que se publica, todo parece de cartón o mineralizado, abstracto hasta la desaparición del hombre, amoratado a golpes de evasión.
El sistema les dijo: no se contaminen y ellos no se contaminaron. Trabajan en quirófanos (donde opera el sistema).
Creen que si una rabia auténtica cruza por su prosa o tensa su poesía, entonces vendrán los viejos amaestrados en Texas y les dirán:
-Hum, suena a poesía social y a populismo literario. Mala cosa.
Y entonces tendrán que guardar sus pasaportes y sus venias.
Por eso odian al pobre de Juan Gonzalo Rose, que amó tanto a los demás que su poesía parece un parque para enamorados, un asilo, un colegio que sirve de refugio, un templo de la cólera.
Y por todas estas razones estos muchachos creen que hablar de Gaza infecta y hablar de la pobreza impertérrita te vuelve anecdótico y hablar de las mentiras de la aldea global ensucia lo que debe parecer siempre aséptico y salido de un laboratorio de palabras.
¿Qué ensucia Gaza, en realidad?
No ensucia nada.
Porque la página en blanco –blanca como un mandil desinfectado- sigue en blanco después de ser llenada con esas frases que son como las buganvilias estériles y que están hechas para entusiasmar a los que creen que escribir es una manera de hacerse con un puesto en la cola de las visas.
Páginas que se quedan en blanco. Páginas en blanco que están más en blanco que nunca cuando son editadas (y aplaudidas por la crítica políticamente correcta).
Páginas blancas, pálidas de miedo.

Tomado de La Primera, 06 de enero 2009

jeudi 1 janvier 2009

La Moda Literaria limeña en 2008

Tomado de Puerto El Hueco

ENTRE EL DOLOR, EL MARKETING Y EL OPORTUNISMO

editor de El Comercio said...
Resumen de una entrevista a Thays

Pensaba que serías el último escritor en el Perú que escribiría una novela ambientada en Ayacucho, con un registro realista para contar sobre la política y la violencia. ¿Un escritor peruano ya no puede ganar un premio en España si no escribe sobre la violencia interna?
No pensé 'Ya la hice; ahora voy a ser el gran escritor' al conocer la decisión del jurado.

Thays: "mi agente, me presionaba pero para entregarle algo, lo que sea".

¿Escribir sobre Ayacucho y las cicatrices dejadas por la guerra no fue motivado por la presión de un agente literario que te invita a escribir sobre un tema de moda?
Jamás. Guillermo Schavelzon, mi agente, me presionaba para entregarle algo, lo que sea. De hecho, nunca pensé que esta novela sería publicada por un sello tan grande como Anagrama.
Como esta novela tiene mucho que ver con mi vida, recordé lo que hice cuando tuve mi propia pérdida. Y por eso me encerré a ver videos. Una rutina en que agotaba todas las películas de cada director que me interesaba. Cuando ya estaba cansado de ver películas, prendía la televisión. Y entre las cosas que veía estaban los testimonios recogidos por la CVR. Las miraba como un loco observando el desfile de Año Nuevo. Me asombraba muchísimo ser parte de todo eso, pero desde fuera. Recordando eso pensé que mi personaje en algún momento recogería de forma parecida la fibra del dolor.
Lo que me interesaba era que la novela sucediera en un lugar que hubiera sufrido mucho; podía haber sido cualquier sitio. Pero el nombre de Oreja de Perro es un regalo. Un perro cuando escucha levanta la oreja, pero no se mueve.