mercredi 6 mai 2009

Moluskín Thays (a) Fantomas ataca a Thays

Para que se conozca un poco más la porcelana fina, el delicado encaje, que es la moral de Moluskín Thays (a) Fantomas, así como la de su leal comparsa Gustavo Facherón, que lo cubrirá siempre, vean lo que dice de ellos un amigo suyo, Daniel Salas, alguien que los conoce bien. Esto no es cosa de envidias ni de odios. Es ética, palabra con la que se enjuaga la boca cada vez que puede Facherón. Nos hemos permitido resaltar algunas líneas para que se vea precisamente la "ética" de estos figuretis del circo "regio" limeño. Al parecer Fantomas no es el único avatar que usaba Thays, ¿y usa?, para atacarse a sí mismo. Nos preguntamos lo último porque en la PUCP sus alumnos sospechan que está detrás de un sitio que con frecuencia lo critica virulentamente. ¿Qué extraño psicojuego es este? Sólo pueden saberlo su peluquero o su confesor.


Publicado en el blog
Gran Combo Club

Personas y fantasmas
Por Daniel Salas - Publicado el 28-12-2007

Acabo de ver esta revelación en el blog Moleskine Literario. Según confiesa Iván Thays, es él quien se esconde tras la máscara de Fantomas, popular blogger que, recurriendo a la artimaña del enmascaramiento, ha logrado lo impensable: ser aplaudido por sus enemigos y abucheado por sus amigos. Este es el efecto más intrigante que me podría imaginar en un blogger: convertirse en su propia némesis, ser el primer esparcidor de rumores contra sí mismo, ser César y a la vez Bruto, ser el otro siendo el mismo. Este escandaloso antagonismo es un raro avatar del tema del doble. Thays incorporó malignamente los fantasmas de Auster y las sombras de Stevenson en una copa con forma de cómic francés. New York, Edimburgo, París: se trataba de un cóctel demasiado obvio de ciudades signadas por la soledad y el tumulto. No podía haber sido preparado por nadie más. Faltaba, sin embargo, la certeza.

Por eso desde hace unos días venía escuchando aquel rumor. Varias veces le escribí para que aclarara los hechos e Iván me respondió con evasivas y acertijos (*). Desafortunadamente, hoy se sabe la verdad. Desafortunadamente, también, Gustavo Faverón ha tenido el mal gusto de confesar nuestro propio delito, nuestra invención más lograda que hoy, penosamente, por irresponsabilidad de uno de sus gestores, tiene que llegar a su fin.

Me refiero, por supuesto, a “Silvio Rendón”, creación auténticamente heroica que sintetizaba la personalidad artística, melancólica y solitaria de Silvio en el rosedal con la sensibilidad social, activista y solidaria de Rendón Wilka. Ya Gustavo ha contado su versión de los hechos, que no pienso corregir. Sólo quiero agregar que los admirados posts de Silvio Rendón eran un palimpsesto surtido de ideas provenientes de muchas fuentes y que poco a poco fueron creando una voz personal. Para lograrlo, contamos con la ayuda de economistas, historiadores y críticos de cine. Fueron necesarios varios personajes para dar consistencia a uno. La definición de su rostro fue un excelente trabajo del diseñador Daniel Fuentes (**).

La confesión de Gustavo acaba, tristemente, con un personaje que costó años construir. Es una pena que Iván Thays nos haya llevado a esto, a un juego burlesco en que nadie sabe a quién alaba y contra quién impreca ni de dónde provienen los chavetazos y los malos decires. Una mejor blogósfera es posible pero para eso es necesario que personajes como Iván Thays depongan sus tácticas aleves y hagan un mea culpa. Yo creo haber hecho lo mío. Le toca el turno a Iván pedir perdón a sus agraviados.

(*) Del tipo “oro no es, plata no es”.
(**) Cuyo apellido alude a la multiplicación de los orígenes.

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