mardi 16 décembre 2008

Lo "light" y el hambre de reconocimiento

Uno de los fenómenos de la literatura peruana de los 90: el narrador "light" con hambre de reconocimiento y dispuesto a cualquier cosa para lograr el ansiado "éxito", esta representado mejor que nadie por Ivan Thays, que había llegado a la cuarentena con un par de libros "lights", aunque hechos con plomo, y con una enorme capacidad y experiencia en el arte de la autopromoción. Hoy presenta una nueva novela (dedicada a la "violencia", tema de moda entre los "lights") y esto es motivo para que, otra vez, exhiba su incontrolable y casi obscena capacidad para hablar de sí mismo. Estamos ante un auténtico fenómeno y, como se impone sin ningún pudor ni escrúpulo, y hay que padecerlo, pues estudiémoslo en todos sus aspectos. Muchos de los que sufren su babeante autoadoración estamos seguros que harán una "pichanguita" y contribuirán al esfuerzo. El espécimen vale la pena. Nadie como Thays para exhibir las capacidades y los limites de una banda de escritorzuelos ambiciosos y sin recursos creativos, pero duchos en intrigas político-culturales y en el dominio de los nuevos modos de publicidad y autopromoción, como son los blogs e internet, lo que les ha servido para hacerse de un nombre en la descocada aldea rimense (aunque pujan por existir junto al Manzanares, o en Barcelona). Thays fue durante mucho tiempo, junto con Gustavo Faverón, el muchacho de los mandados de la mafia literaria peruana enquistada en el diario El Comercio y que encabezaban, y encabezan todavía, Alonso Cueto y Fernando Ampuero. Aunque trabajo les ha costado, ambos, Thays y Faverón, hoy forman parte de la mafia por derecho propio. La mafia "regia", "blanca" o "criolla", como se quiera; clasista, derechona y belicosa, en última instancia, en la defensa de sus mediocres fueros, ha perdido por ahora El Comercio, pero aún le queda Caretas. A Thays y a Faveron les quedan, ademas, sus blogs, convertidos en "poderosas" baterías para echarse flores, para ensalzar a sus amigos y benefactores, y, siempre, siempre, para escupir al cielo... contra sus enemigos.
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5 commentaires:

  1. No soy hincha de Thays, y ciertamente su autopromoción desmedida me parece fuera de lugar, pero, en igual medida, blogs como este, creados solo para rajar de él, me parecen innecesarios.
    Que festeje su cuarto de hora, pues, déjalo, está en su derecho.

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  2. Te equivocas, este espacio no está creado "sólo para rajar" de Thays. Es un rincón de la plaza pública donde serán fustigados él y sus congéneres, para ver si dejan de provocarnos pudor, verguenza ajena. Fustigados con la vara de la crítica, se entiende.

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  3. Acabo de leer la última novela de Thays. No es mala, es increíblemente mala. Sin duda lo peor -de lejos- que ha publicado.
    Empieza mal y rápidamente se va convirtiendo en un culebrón insoportable, con personajes absolutamente inverosímiles y estereotipados: el fotógrafo enano con nombre de mafioso, la mujer embarazada que es medio astróloga y que tira con cualquiera, los antropólogos pitucos de la Católica, todo. Lo de la referencia a la Comisión de la Verdad es cualquier cosa, pero lo peor es el supuesto núcleo de la historia, que es predecible a más no poder: cualquiera se da cuenta de quién es el asesino....
    La verdad, hice un gran esfuerzo para terminar de leer. Tenía la esperanza que en algún momento algo salvara a ese cúmulo de erorres de topo tipo, pero nada.
    Thays antes tenía cierta gracia en el lenguaje, cierta elegancia que hacía tolerable su visión inmadura, engreída, del mundo (porque otra vez aparece aquí el patita soberbio pero confundido que le tiene ascos a todos y se enamora en dos segundos de tipas que no conoce y que no tienen ninguna consistencia de níngún tipo). Ahora en cambio ya no hay nada de ese lenguaje y lo que queda es esa mirada banal, casi infantil. ¿Quién le puede creer una sola palabra a ese seudo periodista? ¿Puede creérsele algo a alguien que dice- porque solo lo dice - que sufre por la muerte de su hijo y la separación de su mujer mientras vive un romance de pacotilla con un par de desconocidas? ¿Dónde queda el tema de los muertos, de los hombres y mujeres ultrajados y desaparecidos durante el conflicto? Todo es un decorado acomodaticio, puesto de manara oportunista para hablar de un asesinato de cómic, irreal...
    Alguien ha escrito por ahí que es una novela de "una infinita tristeza de la primera a la última página". Yo no sentí nada ni me creí nada. La única tristeza posible es la de ver a alguien con algún talento- muy inferior a lo que él siempre ha creído de sí mismo, por cierto- que de pronto se ha quedado sin nada que ofrecer.
    Abril Rojo, que a mí me pareció un libro instrascendente y marketero, me ha resultado infinitamente mejor que esta tremenda desbarrada de Thays.
    No tengo la menor duda de que el libro quedó finalista porque su autor en amigo del organizador y patrocinador del premio. No hay otra explicación. Y si se ha puesto de manera excepcional a tres finalistas más, es simplemente para no hacer roche.
    Definitivamente, Agreda tiene la palabra.

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  4. Thays sí que da risa. Su novela es mala y eso no tiene vuelta. Pero, iluso él, se ufana de lo que puedan decir escritorzuelos que fungen de críticos y que, soñando con que algún día publicar en Anagrama, lanzan cherrys bien calculados para hacerle la patería a Herralde.
    Uno de esos tipos es Ernesto Calabuig, famoso por ser regalón en sus críticas. Miren si no lo que dicen de él en un diario español a la hora de entrevistarlo:

    "Dicen las malas lenguas que los críticos literarios son autores que no consiguieron publicar y vuelcan sus frustraciones en los que tuvieron más suerte. Sin embargo los análisis que suele hacer Ernesto Calabuig, especializado en producción hispanoamericana en la actualidad, son generosos y buscan la justicia, su verdad más íntima, dando por igual su parabién o su crítica (siempre constructiva) y dejando que fluya la parte más positiva de cada libro".

    Ah, Iván, puedes engañar a las personas que no saben nada de los tejes y manejes del mundo editorial, ¿pero te podrás engañar tú mismo?

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  5. Faveron se esta haciendo la mosca muerta. Que fime uno de sus sesudos post "éticos" sobre el "genio" de Thais y la "enorme" calidad de la novelucha de su collera "in mafia". Se atrevera..?

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